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Poemas de Caramelo

Marisa López Diz y Ester Sánchez se reunieron a soñar en limón y en frambuesa, en menta y en naranja.
 Se reunieron a soñar en dulce, apenas en 2009, y el resultado de su sabor de poeta y su saber de ilustradora es Poemas de Caramelo, un libro de la editorial asturiana Pintar-Pintar.

Ambas creadoras saben que los ojos pueden paladear los versos, que la voz deletrea la imagen, que cuando se trata de poesía para niños hay que jugar divinamente y darle la vuelta al libro para poner al mundo de cabeza y empezar a comprenderlo en su clave de color.

Y así, con el libro recostado, ladeamos la cabeza y atendemos la invitación dulce que hacen Marisa y Ester para resignificar el mundo. Mirada infantil y de origen la de estos versos de Marisa, la de estas imágenes de Ester:



Bajo una rana holgazana
encontré un rayo de sol
que cayó de entre las nubes
y en el suelo se rompió.



Y Ester a colores nos toma de la mano y nos hace descender por la escalera también dulce del reflejo. En esa rana tenue reflejada nos ha cambiado de mundo y nos ha llevado al estanque vivo de nuestros recuerdos trémulos, a la luz que nos acariciaba y envolvía en esa piel iluminada que teníamos de niños. 

Bajamos al fondo del estanque y al verso que nos toca el fondo y dulcemente nos hemos liberado de algún peso y nos escapamos en la burbuja de jabón del poema hacia nuestro propio ser:
Abría mucho la boca
redonda como una "o",
y al cantar se le escaparon
grandes pompas de jabón.

Así distendidos, así de libres descubrimos otra de las cualidades de Poemas de Caramelo: el libro es liberador porque es un libro que canta. Y así cantados volvemos a sentirnos lo que nunca hemos dejado de ser: parte del mundo encantado, relación mágica entre el niño que juega y la urraca que roba su caramelo, acción disuelta en sabor, experiencia en la que el mundo nos ha entrado por los ojos para salir convertido en verso.


Y mi caramelo
de sabor a mora
se lo quedó ufana
la urraca traidora.


Y así devueltos a nuestra existencia infantil, que es nuestra existencia poética, hemos puesto el pie en las páginas de Poemas de Caramelo para ingresar a una fábula en sentido original, donde los animales hablan y todo está intensamente animado, restituido en su ser pleno, fabulado en sus afinidades misteriosas:

Cuatro ovejitas blancas
vienen a verme dormir
En la esquina de la cama
dejan rosquillas de anís.

Todo recordado desde el corazón, con sus imágenes precisas, al volver a dar cuerda al reloj de cuco de la memoria:

Un día que estaba sola
al gran reloj le di cuerda,
y el cuco que estaba dentro
salió con levita negra.

Todo anhelado nuevamente, con ese deseo sagrado de los niños, a través de un gato con la mirada perdida de estrellas:

Ven acá que quiero verte,
baja un poquito más,
que yo quiero darte un beso,
no te escapes, ven acá.

A través de Poemas de Caramelo nos podemos hacer muy intensos, porque nos podemos volver muy niños.  Frente a este libro que se va de lado, nos hemos reimaginado en un iluminado paraíso de memoria donde hemos sido y somos, por derecho dulce y a vuelta de página, libres y plenos. Marisa López Diz y Ester Sánchez nos han devuelto, íntegros y dulces, al sabor original de nuestra infancia.


María García Esperón



Poemas de Caramelo
Texto: Marisa López Diz
Ilustraciones: Ester Sánchez
Oviedo, 2009
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